miércoles, 22 de junio de 2011

Dale dale carbonero!

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De Israel a Sao Paulo, todo por un amor: PEÑAROL


Por Diego Loaiza, hoje no Futbolred



Dos días y medio de viaje pasaron para que Fabián Klein llegara a ver al club de sus amores.

En pleno Sao Paulo, sede del partido final de la Copa Santander Libertadores 2011, FUTBOLRED tuvo contacto con un aficionado uruguayo que se trasladó desde el país donde reside actualmente, en el Medio Oriente, hasta Montevideo por un sueño, ver a Peñarol coronarse campeón del torneo continental por sexta vez en su historia.

El amor por el fútbol todo lo puede y así lo indica el testimonio de un seguidor del equipo aurinegro que tiene 28 años, vive hace seis años y medio en Israel y espera presenciar por primera vez un nuevo título de Libertadores del cuadro 'manya'.

"Trabajo allá, vivo allá hace seis años y medio, empecé un trabajo nuevo hace un mes y les dije, me disculpan pero me mandaron el pasaje, les tuve que decir que me mandaron el pasaje como para mostrarles que no tenía de otra, me tengo que ir, en dos semanas vuelvo, hasta la vista y allí empezó esta locura. Viajes, escalas, esperas, cenizas volcánicas", aseguró Fabián Klein, en las afueras del Hotel Tivoli de Sao Paulo donde está hospedado el equipo que mueve tanta pasión en él.

Como buen hincha, no lo detuvo nada. Viajó dos días y medio para ver el 0-0 de la ida en Montevideo y hoy está en Brasil, con un boleta en la mano para entrar al estadio Pacaembú y ver a su club levantar un nuevo trofeo.

"Viajé de Israel a Frankfurt, en Frankfurt estuve nueves horas de escala, hay doce horas de viaje hasta Sao Paulo. Allí once horas trancado en el aeropuerto, de Sao Paulo a Porto Alegre en avión con toda la hinchada del Santos y yo de camiseta del Peñarol. 150 personas cantándome, insultándome y después de Porto Alegre corriendo a la estación de Omnibus, que se me perdía la reserva. Espere seis horas más en esa estación y después once horas de viaje hasta llegar a Montevideo. Llegué el mismo día del partido a las doce del día", comentó Fabián.

Toda esta historia comenzó hace unos años como les sucede a muchas personas, su papá es fanático del 'manya'. Él lo hizo hincha pero "después la pasión vino sola, no quiero culparlo de mi enfermedad". Klein nació en 1982, año en que Peñarol se coronó campeón por tercera vez de la Libertadores, y espera que esa fecha sea un amuleto de la suerte para el cuadro que orienta Diego Aguirre.

"Capaz que le traigo suerte. Es la primera vez que estoy así como tan enfermo, que me voy acordar de todo y que se lo voy a contar a mis hijos y a mis nietos", dijo lucía con orgullo la camiseta a rayas amarillas y negras.

Este aficionado, como seguramente la mayoría de de los uruguayos, esperan que el conjunto aurinegro vuelva y saque la casta actuando como visitante en esta edición de la Copa Libertadores. Dejaron el camino a Internacional en cuartos de final actuando fuera de su patio y en semifinales, en Buenos Aires, eliminaron a Vélez Sarsfield. Ahora, esperan con ansias una nueva corona en Sao Paulo.

"Eso es lo que da más fe para creer que es posible, las cinco Libertadores que tenemos hasta ahora las ganamos afuera de casa, y esta Libertadores en especial nos está yendo muy bien, así que esperemos cerrar con broche de oro y que la Copa vaya para el palacio de Peñarol", concluyó Klein, que no paró de ondear la bandera que tenía entre sus manos.

En pocas horas sabremos si la travesía de este seguidor 'manya' habrá recogido sus frutos, pero lo cierto es que lo que vivió, lo hizo todo por amor a Peñarol.
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